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[dropcap]E[/dropcap]l grano de café es la semilla del rojo fruto del cafeto o árbol del café que procede de los altos bosques de Etiopía desde donde se extendió a Europa y al continente americano allá por el año 1600. La amarga bebida se popularizó rápidamente gracias a su efecto energizante y su consumo se ha mantenido hasta nuestros días donde preparar una buena taza de café se ha convertido en un arte.
Si queremos convertirnos es verdaderos maestros preparando esta bebida tendremos que tener en cuenta desde el agua que utilizamos hasta la temperatura de la taza donde lo serviremos. Aquí os mostramos cinco tips para tenerlo todo bajo control y disfrutar de la mejor taza de café espresso en casa.
La materia prima, un buen café
Como en cualquier elaboración, tener una buena materia prima es fundamental. En el caso del café lo mejor es tener un grano fresco y molerlo en el momento de hacer el café. La procedencia del café es cuestión de gustos pero cuándo se ha molido y cómo, es fundamental.
Es muy importante que la molienda sea reciente, pues influirá mucho en el aroma de la elaboración. Es primordial en este caso conservar el café en las condiciones adecuadas para evitar su oxidación. Si no se puede moler en casa, os recomendamos acudir a tiendas especializadas en café que lo muelen en el momento, asesoran del tipo de molienda adecuada a tu cafetera y lo más importante, su conservación.
El agua
Hablar del agua en la elaboración del café no está de más, porque el agua supone el 98% del contenido de un buen café espresso. El agua no debería tener sabor ni olor alguno pero, como todos sabemos, no siempre es así; por lo tanto, debemos asegurarnos de que sea agua natural y filtrada. Así evitaremos sabores desagradables en nuestro café.
Prensado del café
La cantidad de café que debemos utilizar para una taza depende del tipo de café que queramos realizar, para los cafés espressos la medida suele ser 3/4 del cacillo. Para formar la pastilla de café, se debe agarrar el mango de la cafetera firmemente y presionarlo sobre el porta, sin pasarse, para que el agua no pase muy rápido y se lleve consigo todo el aroma, el sabor y la intensidad de café molido.
La taza
Puede parecer una tontería pero la taza es un factor importante a la hora de disfrutar de un buen café. No es solo por su valor estético (un espresso en un tazón de desayuno no tiene mucho sentido), sino que tiene que ver con su temperatura.
El agua sale a presión de la cafetera y con una temperatura de aproximadamente 90ºC, pasa por la pastilla de café prensado y recoge todo el aroma y cuerpo del café. Cuando cae en una taza a temperatura ambiente, aproximadamente de 20-25ºC, su temperatura desciende tan rápido que se pierde parte del aroma del café. Lo ideal es que la taza esté a unos 50ºC para mantener todas las propiedades.
Existen en el mercado calentadores de tazas específicos para esto pero, por lo general, las propias máquinas de espresso tienen un lugar donde mantener la taza caliente.
La máquina
Si tenemos una buena materia prima, prensamos el café con la fuerza necesaria y tenemos una taza a la temperatura correcta, no podemos dejar que nuestro café se haga en una máquina cualquiera.
Lo mejor es invertir en una máquina buena que nos dure toda la vida y a ser posible que nos muela el café directamente. Actualmente existe repuesto de cafetera de cualquier marca y modelo por lo que sabremos que si le pasa cualquier cosa a nuestra máquina no hará falta cambiarla, podremos arreglarla y asegurarnos el mejor café espresso de por vida.