Los ácaros, compañeros de viaje, y alojamiento. Viven con nosotros, en nuestras casas y utilizan nuestro hogar como hábitat natural. Hoy os presentamos a nuestros más famosos inquilinos: Los ácaros.
Os presento al ácaro
Hoy os voy a presentar a unos pequeños amigos, más bien enemigos: Los ácaros.
Si sóis alérgicos, y en estas épocas primaverales ya serán hasta íntimos vuestros. De hecho, ya que los bichitos son propensos al calor y la humedad, seguro que tan íntimos que duermen en vuestro mismo colchón, pisan vuestra alfombra, vuelan por vuestro cuarto y son inquilinos de esas vuestras pelusas.
¿Qué es un ácaro?
Vayamos por partes, definamos ácaro como animal de compañía: El ácaro es un animal de tamaño microscópico, vive en el polvo, sobre todo en los ambientes calientes y húmedos. Se nutre de secreciones microscópicas de nuestra piel.
El ácaro es el mayor responsable de los problemas alérgicos como rinitis, conjuntivitis, eccemas, tos y asma, que afectan, sobre todo, a los niños.
¿Donde están los ácaros?
Los ácaros abundan en los colchones, los cojines, las cortinas y los peluches. Vive en colonias muy numerosas: en un gramo de polvo pueden acumularse ¡hasta 15.000 ácaros!
¿Son tan malos los ácaros?
Los ácaros como tal no son dañinos, podrían ser perfectos animales de compañía -con sus debidas vacunaciones-, pero sus residuos biológicos (los alérgenos) son los causantes de los problemas de alergias que sufren ciertas personas. El único método para evitar que se produzcan estas manifestaciones alérgicas es eliminar o como mínimo reducir al máximo la presencia de ácaros en el ambiente doméstico, osea: muerto el perro se acabó la rabia.
¿Como elimino los ácaros?
El método más directo es ventilar bien las habitaciones, para evitar el polvo en suspensión, recordar que viven en él, pero ah! resulta que eso puede ser contraproducente a los alérgicos al polen, con lo cual solo nos queda el segundo paso: la aspiración.
Para ello es imprescindible que utilicemos un sistema de filtrado adecuado a tan minúsculo amigo: HEPA, agua o similares. Los aspiradores con bolsas de papel, cartón o celulosa no son adecuados, pues lo único que conseguimos con ellos es una bonita lluvia de ácaros en nuestra casa mientras aspiramos y los volvemos a lanzar al aire.
Ni qué decir tiene que una correcta limpieza de sábanas y tejidos, a poder ser con temperaturas superiores a 40 o 50ºC, y una ducha diara a nuestra malatratada piel no viene de más.
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