[dropcap]L[/dropcap]as ollas a presión, también conocidas como ollas superrápidas, son perfectas para los amantes de la cocina, pero que no tienen mucho tiempo libre. Beneficios hay muchos; por ejemplo, para cocer un poco entero solo se emplean 15 minutos; para 200 gramos de zanahorias, apenas cuatro minutos. Además, se utiliza menos gas, los alimentos conservan la mayoría de sus nutrientes y tienen un mejor sabor.
Todo parece ser una maravilla con estas ollas como la Fagor rápida o las ollas Decor; sin embargo, para que sean una herramienta que perdure, y para que su inversión valga la pena, es necesario que reciban ciertos cuidados específicos, sobre todo con la tapa y la goma para cerrarla.
Si es la primera vez que usas una olla a presión, es primordial que leas sus instrucciones antes de hacerlo y que realices los siguientes pasos básicos para cuidarla:
– Si la olla es nueva, pásale una toalla húmeda con agua caliente tanto dentro como fuera.
– Para limpiar la tapa, utiliza un paño de microfibra.
– Antes de usarla, verifica que las válvulas de seguridad y funcionamiento no estén obstruidas.
– Asegúrate de que la tapa esté colocada adecuadamente y se cierre por completo.
– Los alimentos y el agua no deben ocupar más de 2/3 de la capacidad del recipiente.
– Si se trata de alimentos que aumentan su tamaño o hacen espuma, solo utiliza 1/3 de su capacidad.
– No abras la olla hasta que todo el vapor haya sido expulsado.
– Evita los cambios bruscos de temperatura.
¿Cómo cuidar una olla superrápida?
Una vez que te acostumbres a su uso, seguramente no querrás cocinar con ninguna otra olla; por eso, te explicamos los cuidados necesarios para que te perdure más tiempo:
– Después de cocinar, es importante que las partes de la olla se laven por separado. Debes evitar a toda costa poner la tapa bajo el chorro de agua, utilizar detergentes que tengan cloro y fibras muy gruesas.
– Una esponja con agua y jabón será perfecta para lavar la tapa. Es importante desmontar las piezas y lavarlas por separado para asegurarte de que no queden restos de comida, sobre todo en las válvulas y la goma de cierre.
– Después de cada uso, desmonta la goma de cierre sin forcejear o estirarla, y límpiala con un paño húmedo. Normalmente, esta pieza tiene un tiempo de vida de unos dos años; si ya pasó su tiempo, lo mejor será reemplazarla y no arriesgarte a que tus alimentos salgan volando por la presión.
– El resto de la olla puedes lavarla de manera normal con una esponja y un detergente clásico; evita raspar las superficies. Antes de guardarla, no te olvides secar todas las piezas por completo y poner la tapa de manera invertida encima de la olla. Aunque es común que tengas todas tus ollas una encima de la otra, en el caso de las que son a presión, procura no hacerlo para no dañarla.
Una de las cosas más comunes luego de un largo tiempo de uso, es que aparezcan manchas grises en el fondo del recipiente. Si eso sucede, uno de los remedios más utilizados es mezclar dos tazas de agua con media taza de vinagre blanco y calentar durante 10 minutos.
Si alguna de las piezas se estropea, lo más adecuado es reemplazarla por recambios de su misma marca; ya que piezas genéricas o diferentes pueden afectar su funcionamiento.
Hoy en día, los tiempos «devoran» las buenas costumbres en la cocina y, por ende, esos momentos que utilizábamos para comer más saludable solos o compartiéndolos con la familia. Una olla a presión te permite conjugar la rapidez vital y la cocina en un objetivo: comer mejor y disfrutar lo que se elabora. Cuidar las ollas es sencillo y no requiere de mucho tiempo. ¿Te vas a perder la experiencia?