Todos sabemos que el precio de la luz es trending topic, ya que desde hace tiempo sufrimos una grave crisis energética, no sabemos si causada por las compañías de luz o por las altas esferas, ¿pero solo afecta a los hogares españoles? Claro que no. Todos aquellos aparatos que funcionan con electricidad se ven afectados, y los coches eléctricos no son una excepción. Según la OCU, recargar un coche eléctrico es 112 euros más caro en 2021 que en 2020.
En el estudio se analizó el coste de carga entre las 00:00 horas y las 8:00 de la mañana. De los 190 euros de media anuales de 2020 para recorrer 10.000 kilómetros, a los 302 euros en 2021.
¡Sí, nos dijeron que el coche eléctrico era la solución más económica!
Entonces, ¿sigue compensando ante uno de gasolina o diésel? ¡Sí! La media mensual de septiembre 2021 muestra lo siguiente:
- Eléctrico: 302 €
- Gasolina: 994 €
- Diésel: 759 €
Vemos que la apuesta por el coche eléctrico sigue siendo la mejor, y con mucha diferencia. Y no solo en lo económico, vamos a ahorrar el doble de energía al cabo de un año, así que tareas como dar de alta la luz ya no nos darán tantos dolores de cabeza.
«Países como el Reino Unido anunciaron poner fin a las ventas de coches nuevos de gasolina y diésel en 2030, sustituyéndolos por coches 100% eléctricos con el objetivo de conseguir un espacio cero emisiones en 2050.»
El uso de la energía en el sector transporte español
El transporte, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, es el sector que más energía consume en España, alcanzando el 40% del total nacional.
Este alcance de la eficiencia energética se basa en tres medidas que cuentan con actuaciones como:
- La promoción de planes de movilidad urbana sostenible, de transporte al trabajo o de sistemas de bicicleta pública.
- La sustitución de los vehículos convencionales por tecnologías y/o combustibles alternativos como vehículos híbridos, eléctricos o de gas natural, además de la compra de vehículos convencionales eficientes de clase A.
- La aplicación de técnicas de conducción eficiente en los distintos medios de transporte o promoción del car-sharing, entre otros.
Todo ello, con la voluntad de reducir las emisiones de CO2 para conseguir una Europa con cero emisiones. ¿Suena a fábula o es una realidad no muy lejana?