Qué bonitos están los utensilios de cocina cuando los estrenamos. Brillo y cero arañazos más el propósito de mantenerlos en ese estado por el máximo tiempo posible. La realidad, sin embargo, es que con el paso del tiempo se afean o se deterioran. Con solo seguir unos cuantos trucos, palabra de expertos, los utensilios pueden parecer como nuevos por mucho más tiempo.
Los distintos utensilios y la importancia de sus materiales
Por regla general, tendemos a limpiar todos los utensilios de cocina con los mismos estropajos. ¡Error! No todos están confeccionados con los mismos materiales, por ende no deberías limpiarlos de la misma manera. No es lo mismo asear algo de acero inoxidable que de madera.
Puede parecer una tarea ardua cuando en realidad no lo es. A la hora de la limpieza, puedes separar los distintos utensilios y limpiarlos por materiales. Por ejemplo: puedes fregar los platos, luego los cubiertos, las ollas aparte y, por último, los que sean de madera o plástico. El orden de la limpieza lo pones tú, es solo un ejemplo.
Así, es más que recomendable usar estropajos de aluminio para el acero inoxidable, como los filtros de una cafetera si son de este material. Hay productos realmente efectivos sin necesidad de ser abrasivos. Esto es muy importante: cuidado con los quitagrasas. Algunos pueden manchar ese acero.
El estropajo limpio y el producto de limpieza tendrán un efecto pulido que dejará el acero como un espejo, eso sí, después de secar con un trapo, a ser posible de algodón. Las pastas caseras, hechas con vinagre y bicarbonato untadas y retiradas con un trapo seco, son geniales para el mantenimiento del brillo del acero.
La cerámica se limpia con un estropajo esponjoso y con un lavavajillas que tampoco contenga elementos abrasivos. Para el secado de los platos será genial la posición, dejar que escurran de manera que las gotas no queden retenidas.
Los utensilios de madera son algo más resistentes y permiten la limpieza con estropajo más duro. Para eliminar los restos o los olores, dejarlos en agua con vinagre puede ser una solución. Secarlos bien es importante para que la madera no coja humedad. Si ves que el color oscurece, no es cuestión de limpieza, sino de la tendencia natural del propio material. No obstante, no tengas problemas, la belleza de la madera siempre estará aunque el tono suba un pelín.
Para el cristal hay que usar estropajo esponjoso. Es muy fácil rayar o romper este material. Cuidado con los cambios de temperatura y con la dureza del estropajo. Por lo demás, es un material muy agradecido. El vinagre suele venir muy bien para mantener el brillo del cristal. Meterlo en agua con unas gotas de vinagre y luego secarlo es perfecto para el mantenimiento de ese brillo que hace único a este material, muy presente en todas las cocinas.
Para los plásticos, esponjas y lavavajillas no abrasivos. Cuidado con la coloración que pueden adquirir determinados envases. Para evitar que esto suceda, habrá que introducir los utensilios en agua tibia y un poco de detergente de vajillas para facilitar la posterior limpieza.
Cuidado con el teflón, el material más delicado
El teflón es sumamente delicado. Por eso será muy importante no limpiarlo en caliente, si tiene algún resto adherido será mejor dejarlo en agua un tiempo. La esponja será la única manera, así como el uso de espátulas, espumaderas o cualquier elemento apto para este material.
Nada de introducir utensilios de cocina metálicos mientras usas, por ejemplo, una sartén de teflón. En el almacenaje será crucial para el buen mantenimiento algún tipo de elemento separador entre sartenes, ya sea de papel, de tela o de algodón. La cuestión es evitar que se rallen.